LA VIDA DE MADRID - LARRA
En este artículo Larra hace una crítica hacia la gente rica que lo tiene todo, y que se aburre de lo que tiene.
El tema de este texto es la rutina diaria, y además lo hace poniendo en contraste una rutina de una persona rica con la rutina de una persona pobre o más bien de una clase social no tan alta.
Una de las primeras cosas que destaca es la vida del escritor, cómo es; de manera que la define así:
“[… ]en escribir lo que no pienso, y en hacer creer a los demás en lo que no creo. […] Esto es que mi vida está reducida a querer decir lo que otros no quieren oír! ”
Con esto hace una crítica de su propia profesión, ya que da a entender que un escritor finge ser una persona que en realidad no es, pues escribir es hacer literatura; hacer ficción, más lo que Larra quiere es mostrar la realidad tal cual se percibe, mostrarla con integridad.
La forma de vida de este personaje es totalmente diferente a la forma de vida del otro amigo, con la cual se hace una crítica de cómo vive. Él dice que casi nunca escribe, tan solo cuando es necesario. El joven rico se queja de su forma de vida, de que siempre hace lo mismo y que está un poco cansado de la rutina de siempre y la monotonía. Estas frases aparentemente inocentes, parece que el escritor las puso sin ningún ánimo de ofender, pero en realidad refleja la forma de vida que llevaba la clase alta donde se encuentra donde uno de los pasatiempos favoritos era hablar mal de otras personas.
Cabe mencionar dos recursos bastante empleados en este artículo: la enumeración (de contradicciones, de llanto, de enfermedades, de errores, de culpas y de arrepentimientos) y el paralelismo ( se suele repetir el determinante anterior al sustantivo "dos horas, dos amigos, dos cigarrillos...").
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