ÉGLOGA III - GARCILASO

 



       Estamos en la Égloga III de Garcilaso donde se describe de nuevo una belleza idealizada del paisaje del Tajo (tópico locus amoenus) en un entorno fresco, tranquilo, con aves, agua, flores, todo es perfecto y agradable:
Cerca del Tajo en soledad amena,
de verdes sauces hay una espesura,
toda la hiedra revestida y llena,
que por el tronco va hasta la altura,
y así se teje arriba y encadena,
que el sol no halla paso a la verdura;
el agua baña el prado con sonido
alegrando la vista y el oído.

OBRAS COMPLETAS DE GARCILASO - T. NAVARRO - PÁG. 124 - ESTROFA 8


      En esta estrofa podemos observar el paisaje hermoso e idealizado del Tajo al que Garcilaso le da mucha importancia a lo largo de toda la égloga. En el segundo verso aparece un hipérbaton y en el verso número siete podemos percatarnos de que el sonido recae en la vocal A, dándole mucha musicalidad y mostrando sensación de agrado, tranquilidad y armonía. 

     En la primera parte de la égloga, una ninfa saca su cabeza de las aguas del río y queda conmovida al ver tanta belleza. La primera estrofa va dedicada a una tal María, que con certeza no se sabe su identidad, pero algunos historiadores apuntan que es Doña María Osorio Pimental, esposa del gran amigo de Garcilaso; D. Pedro de Toledo. Unos versos de esta parte (como curiosidad) fueron utilizados por el poeta del siglo XX  Pedro Salinas para titular uno de sus poemarios Y, además, encontramos una alusión al mito de Orfeo :
   
Y aun no seme figura que me toca
aqueste oficio solamente en vida;
mas con la lengua muerta y fría en la boca
pienso mover la voz a ti debida. 

OBRAS COMPLETAS DE GARCILASO - T. NAVARRO - PÁG. 121






       Las alusiones a la mitología y la vuelta a la Antigüedad Clásica siguen presentes, como se aprecia en los siguientes versos:

Libre mi alma de sus estrecha roca,
por el Estigio lago conducida,
celebrándote irá, y aquel sonido
hará parar las aguas del olvido.

OBRAS COMPLETAS DE GARCILASO - T. NAVARRO - PÁG. 122


   
  En la segunda parte de la égloga III, los pastores que antes veíamos lamentarse en la primera égloga ahora ya no lo hacen; son cuatro ninfas las que narran historias tejidas en sus tapices y será la última la que cuente el amor entre Nemoroso y Elisa. Las otras tres ninfas nos contarán historias mitológicas, algunas de ellas recogidas en la obra de Ovidio; Metamorfosis (imitatio) como la historia de Eurídice o la de Dafne y Apolo: 

Dinámene no menos artificio
mostraba en la labor que había tejido,
pintando a Apolo en el robusto oficio
de la silvestre caza embebecido.
Mudar presto le hace el ejercicio
la vengativa mano de Cupido,
que hizo a Apolo consumirse en lloro
después que le enclavó con punta d’oro.

Dafne, con el cabello suelto al viento,
sin perdonar al blanco pie corría
por áspero camino tan sin tiento
que Apolo en la pintura parecía
que, porqu’ella templase el movimiento,
con menos ligereza la seguía;
él va siguiendo, y ella huye como
quien siente al pecho el odioso plomo.

OBRAS COMPLETAS DE GARCILASO - T.NAVARRO - PÁG. 129

        Podemos hacer especial mención, de nuevo, a Ovidio, pues la escena de una ninfa muerta llorada por sus compañeras se halla en el mito de Céfalo y Procris. Cito textual en latín (Metamorfosis): 

Procris erat medioque tenens in pectore vulnus: Ei mihi! condamat. Vox est ubi cognita fidae Coniugis, ad vocem praeceps amensque cucurrí.

      Garcilaso empleó la palabra degollada, sugerida por la ninfa Procris, que era una manera más sutil y poética de aludir a la muerte de Isabel Freyre, sin necesidad de describir la circunstancia del sobreparto, tan poco poético.

     En la última parte de la égloga, aparece el cantar de dos pastores: Tirreno y Alcino, a los que las ninfas escuchan al terminar sus labores.

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